¿Quién, siendo niñ@, no ha soñado alguna vez con tocar la luna? ¿A qué sabe, qué color tendrá? ¿Será tan grande como parece? ¿Estará muy lejos?
Pues a los animales de este cuento les sucede lo mismo.
El cuento nos habla de generosidad, de solidaridad y de sueños compartidos. En la vida se pueden conseguir los sueños más difíciles desde la ayuda y la cooperación, incluso aquellos que parecen imposibles.
ADRIANNA C. lo trajo a clase el primer trimestre y ADRIANA D. lo ha vuelto a traer hace poco. Y en las dos ocasiones lo hemos contado de forma tradicional.
A mí me gusta también contarlo utilizando una versión en verso de Fátima Batista que les gusta mucho y ellos pueden repetir conmigo. Me ayudan unos pequeños personajes de fieltro que una gran artista hizo para mí hace unos años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario