Nos cuenta como la hormiga trabajó sin parar durante toda la primavera, el verano y el otoño, y así poder ir guardando alimento para mantenerse todo el invierno... Mientras tanto la cigarra cantaba, tocaba y bailaba, muy perezosa y sin preocuparse de nada.
Pero el invierno llegó, y mientras la hormiga disfrutaba del calor de su hogar y del fruto de su duro trabajo; la cigarra se moría de frío y hambre.
Aunque en esta versión del cuento, la hormiga es bastante solidaria y, dándole una segunda oportunidad a la cigarra, comparte su casa y comida a cambio de hacer entre las dos el trabajo de recolección para el próximo año.
Para comprender el valor de la igualdad, el esfuerzo, el respeto por el trabajo de los demás, la solidaridad y la amistad.
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